Carolina González Arias

martes, 30 de octubre de 2012

Hoy voy a vivir


Iba a comenzar este post escribiendo que es un día muy triste, pero me corrijo antes de empezar porque tengo que ser consecuente con lo que pienso y digo. El día no está triste, la que ve todo con un cristal oscuro y con el corazón lleno de lágrimas soy yo.

Ayer partió a volverse una con la energía universal una de mis cuarens. Paloma alzó el vuelo y nos dejó este inmenso dolor en el corazón. Me la imagino viéndome con sus ojos grandes de venadita curiosa y batiendo sus palmas (era de sangre española y le encantaba palmear, zapatear y cantar) diciéndome, “¡Anda, Carola linda, arriba mi chiquita que no hay por qué llorar!”.

Palomi (siempre la llamé así) fue mi amiga desde el primer día de universidad y ese ciclo maravilloso de estudios lo cerramos juntas al decidir que seríamos compañeras de tesis. Cuántas vicisitudes pasamos, cuántos contratiempos tuvimos que retrasaron la entrega de nuestro trabajo, pero con ella todo era llevadero. Siempre me hacía comprender que tras cualquier tormenta siempre se podría ver el arcoíris.

Fue un final sufrido el de mi amada amiga. Durante varios días estuvimos orando por su recuperación. Esperábamos que en cualquier momento llegara el milagro que con tanta fe pedíamos. No pudo ser. Aunque injusto para quienes quedamos en esta dimensión física, en la que el dolor y el apego nos hacen tan difíciles las despedidas, en mi corazón confío en que su partida es la transición a ese lugar mejor, donde se es parte del todo, donde se es energía pura.

He llorado mucho. Mis amigas también. Era de esas personas imposibles de no querer. Fue demasiado el amor que regó durante su vida; ahora en cada rayo de sol, en cada gota de lluvia y en cada brisa que nos toque sabremos que ella estará allí.

Hoy decidí que la partida de Palomi tiene que dejarme algo más que este inmenso vacío en el corazón. Sembró demasiado amor como para permitir que su ausencia borre todo lo bonito que dejó. Hoy voy a vivir, no importa qué ni cómo. Retomo el sentimiento de una de mis cuarens quien decía que cada día nos enfrascamos en preocupaciones tontas, y que en ese momento la única lucha que tenía nuestra amiga era por vivir. Esa debe ser nuestra única preocupación: vivir.  Concentrarnos en vivir y estar conscientes de ello debe ser nuestra misión cada vez que despertamos. Aceptar la vida con lo que trae. No siempre será todo color de rosa, pero aun en los momentos difíciles, concentrarnos en cada momento y sacarle el máximo provecho. Cada ahora con sus circunstancias.

Hoy voy a vivir. Sí señor. Voy a sentarme un rato con Palomi a mi lado en el sabroso  y comodísimo sofá marrón de su apartamento de aquellos años y volveré a reírme con ella de aquella telenovela brasileña que nos hacía carcajear mientras almorzábamos (Cambalache); recordaré el canto gitano que tanto le gustaba y la hacía batir palmas y zapatear; volveré a deleitarme en mi memoria de su frase tan castiza: “Carola linda, vamos a por pan”.

Quiero recordar este sentimiento cada día. No quiero permitir que el ajetreo diario me haga perder de vista lo importante. Quiero tener en mente a cada momento que vivir es ahora, llorando o riendo, pero ahora. Por lo pronto, voy a brindar por Palomi con una taza de chocolate caliente como el que tantas tardes preparó para “descansar un ratico de la tesis”. Lo voy a beber con la convicción de que cada momento que decida vivir a plenitud será un homenaje a Palomi, cuyo inmenso amor siempre será un ladrillo de base en mi vida en construcción.

Paloma (a la derecha) y yo con nuestro incondicional amigo Àngel Donaire

14 comentarios:

  1. Que bello Caro ♥
    Tu y Paloma eran una pareja perfecta para hacer una tesis, no sabia que habian sido compañeras.
    La foto es preciosa.

    ResponderEliminar
  2. Mi Carola cuan bien has escrito lo que sentimos y lo que debemos mantener como filosofía de vida en honor a Palomi, como tan bonito la llamas. Ella tiene que seguir siendo nuestro arcoiris después de la tormenta, nuestro ejemplo más claro de que la vida hay que vivirla, sabiendo que por momentos no es fácil,pero está ahí y hay que mirarla a través de sus ojos, para construir momentos especiales donde las copas, las plegarias, las sonrisas y la fe sean un homenaje a quien tanto queremos y ya no está. Gracias por compartir tus sentimientos y hacer que ruede una lágrima acompañando una sonrisa triste, pero sonrisa al fin. Te quiero mucho. Vicky

    ResponderEliminar
  3. Sin palabras... solo lágrimas y sonrisas

    ResponderEliminar
  4. Con el tiempo, seguro que solo tendremos sonrisas al recordarla.

    ResponderEliminar
  5. Caro que belleza, llega al alma y lleva a la reflexión como todo lo que expresas.
    No conocí a Paloma, pero sin duda fue una mujer admirada y querida por todos, eso se ve en el montón de manifestaciones de afecto en el facebook, y de seguro está muy contenta de ver cómo sus amigos han derramado sus sentimientos ante su partida.
    Me uno a mis queridas amigas en su sentimiento de dolor, los duelos hay que vivirlos y de esto les va a quedar algo muy bueno y bello

    Las quiero GRANDOTE
    Sol

    ResponderEliminar
  6. Gracias,Sol. Paloma te hubiera caído muy bien. Era adorable, realmente. Besos para ti.

    ResponderEliminar
  7. Amiga que hermosas palabras.. a mi no me salen creo ni hermosas ni no hermosas. Sigo sin digerirlo... Hoy comentaba a alguien que creo han sido pocas las personas que al partir (inluido familiares) me han dejado esta sensacion... pero tienes razon, Palomilla (asi le decia yo) estaria palmoteando y con sus ojotes inmensos tratando de levantarnos el animo... Un abrazo, Caro... viste? a la final si pudiste escribir

    ResponderEliminar
  8. Caro, mil gracias por removernos y estrujarnos para hacernos sentir la grandeza de lo más simple, para reconocer nuestra mayor riqueza: la amistad por encima de todo...Gracias por haberme recordado dentro de todo el dolor e incertidumbre por tan irreparable pérdida,por hacerme sentir en la lejanía que estoy con todos y cada uno,ami manera,y jamás pensé que el verso acróstico que le dediqué en su recién cumpleaños tuviera tanto de verdad ahora que está en otra dimensión con nosotros...Aún no salgo de mi asombro por lo abofeteador que significó enterarme de una de tan triste noticia...Y en honor a esa Palomita celestial, a Vivir como Nunca...

    ResponderEliminar
  9. Yo no conozco a Carolina, y lamentablemente no conoci a Paloma tampoco, soy prima de Gioconda. Estoy segura de que Paloma debe haber sino una persona super especial para haber hecho brotar estas palabras tan hermosas... Felicitaciones Carola, por tan bella explicacion acerca de la verdadera muerte, y felicitaciones a todos aquellos que tuvieron la dicha de compartir con esa maravillosa mujer que, indudablemente fue Paloma... Paz a sus restos...

    ResponderEliminar