Carolina González Arias

domingo, 30 de diciembre de 2012

Cambiando el guarismo ☺


Yo no sé si a ti te pasa, pero cada vez que comienza un año me cuesta acostumbrarme al cambio de dígito. A veces llega febrero y yo todavía me equivoco cuando pongo la fecha en algún documento, con la carga de mal humor que eso implica, sobre todo si el error lo cometes en un banco en mi país (no sé dónde vivas, pero en Venezuela uno de  los mayores castigos que le puedan imponer a alguien es enviarlo a hacer una diligencia bancaria).

¡Bah!, pero este post no tiene que ver con bancos ni nada por el estilo. Estaba hablándote del cambio de número. Cuando se acercan estas fechas es inevitable que vengan a mi memoria mis días de escuela. Al comenzar las clases el 7 de enero, era fijo que yo pusiera a mis tareas la fecha con el año que recién finalizaba. Todavía puedo escuchar a mis maestras: “Carolina, por favor, corrige la fecha… ya estamos en 19 tanto” (no te pongo la fecha para que no comiences a sacar cuentas).

Esa equivocación, que creo que es bastante común, tiene que ver con la forma como nos enfrentamos a los cambios. Casi siempre ponemos resistencia a cualquier cosa que sea diferente a lo que venimos haciendo hasta ahora, desde escribir el nuevo año en la fecha hasta cosas que impliquen movimientos importantes en nuestra vida. Asumir los cambios es difícil, por qué te voy a decir lo contrario, pero cuando los vivimos a plenitud y en consciencia nos damos cuenta de cuántas cosas agregan a nuestra existencia.

Estamos a pocas horas de que empiece el 2013. Como yo siempre digo, estamos a punto de comenzar a escribir en un cuaderno con todas sus hojas en blanco, con ese olor a papel nuevo que alborota nuevos proyectos e ideas. Vamos a aprovecharlo en toda su extensión. Tratemos de escribir con letra bonita y sin borrones, no solo en las primeras páginas, sino en todas las hojas, hasta la última por la parte de atrás (esa que usamos siempre para escribir garabatos y dibujos varios).

Ese es un cambio grande, más grande que el de escribir un nuevo número en la fecha. Solemos comenzar todos los años con mucho brío y desinflarnos cuando comienza el segundo trimestre. Vamos a hacer que este nuevo cuaderno llamado 2012 2013 sea diferente a los anteriores. Así como tarde o temprano comenzamos a escribir bien la fecha, pensemos desde ya que este año que está por llegar será un cuaderno bien escrito, limpiecito y sin borrones. Llena todas las páginas sin miedo a equivocarte, total, del error solo puede quedar un aprendizaje.

Yo, por lo pronto, ya estoy comenzando a escribir 2012 2013 2013 2013 varias veces para que sean menos los borrones. A recibir los cambios con actitud positiva y no dejar que el miedo a equivocarnos nos paralice. Entremos en el 2013 (¿viste? ya lo escribí bien) con todos los hierros, con la mirada puesta en todas las posibilidades que nos ofrece. Que nos queden bien parejitos estos ladrillos en nuestra vida en construcción.


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