Carolina González Arias

viernes, 12 de junio de 2015

Sí hay futuro II

En estos días les escribía sobre mi experiencia en las charlas que he dado a jóvenes adolescentes de bachillerato. En ese texto les coloqué uno de los discursos ganadores de un concurso de oratoria realizado en el colegio Don Bosco de la localidad donde vivo.
Hoy les dejo otro de esos discursos, en este caso el de una chica de 3er año: Carolina Ruiz Chópite.
Espero que lo disfruten tanto como yo. Tuve el privilegio de escucharlo de su propia voz y emoción, y les cuento que me erizó la piel el sentimiento con el que lo expuso:

"Venezuela está en una situación crítica. Es una frase que sé que a muchos de nosotros nos atormenta día a día. Es esa voz que no nos deja dormir. Que nos hace pensar ¿Cómo dejamos que esto llegara a este punto? Personas lastimándose unas a otras por un paquete de pañales, de harina pan, de papel higiénico...
Entonces sí, creo que entendemos el tema de la crisis económica, estarán diciendo ustedes. Pero mi problema es que cuando a mí me atormenta esa frase, no pienso a cuánto está el dólar, ni en las colas, sino más bien, en el niño asesinado hace un par de meses, en los estudiantes que derramaron su sangre con tal de morir en una tierra libre mientras millones de personas se quedaban de brazos cruzados y en aquellos que tuvieron que marcharse, no buscando una mejor vida, sino una calle donde pudieran caminar sus hijos. Luego recuerdo que todo esto es por una sola causa.
En la época colonial, Venezuela se dividía por clases sociales. Ahora se divide por ideologías políticas. Ahora no podemos trabajar en ciertos lugares porque votamos por alguien distinto, no podemos levantar una pancarta en el aire porque eso es terrorismo, no podemos siquiera pensar diferente porque nos meten una bala en la cabeza y como dice alguien por allí "pasa rápido y suena hueco".
Antes nos preguntábamos si en el país teníamos futuro, hoy nos preguntamos si en el futuro tendremos un país. Sin embargo, yo tengo mis esperanzas y sé que no soy la única. Este país algún día se levantará y va a ser maravilloso que yo pueda expresar algo y tú todo lo contrario y que sigamos siendo amigos. Mientras tanto, a los caídos, a los héroes modernos de Venezuela, que Dios los tenga en la gloria, sus nombres serán recordados y deberán aparecer en los libros de historia. A los que se quedaron, señores, somos todos hijos de una misma madre, somos todos de una misma Venezuela y, especialmente, a los que se fueron, no se queden viendo al pasado, así, de ninguna manera tendrán un buen futuro. A pesar de esto, tampoco olviden de dónde han venido ni que han sido antes de ser lo que son ahora. Listo, emigraste, tu vida se acaba de resumir a un par de maletas. Pero ten siempre en mente, que no importa donde esté latiendo tu corazón, porque la sangre que corre es venezolana".

 Yo sigo insistiendo en buscar ladrillos bonitos para edificar mi vida en construcción.

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