¿No te ha pasado que a veces lees o escuchas una frase y dices: ¡recórcholis! (bueno, yo realmente no uso esa palabra) cómo no se me ocurrió a mí?
Precisamente la que uso como título de este post no es de mi autoría, aunque me hubiese gustado que así fuera. Me la dijo esta mañana un adorado ex alumno y ahora admirado colega a raíz de un comentario que le hice acerca de su trabajo.
Y es de ese trabajo que quiero escribir hoy. No sé si recuerdan, o si alguna vez se los dije, o si curiosearon en mi perfil (¡bah! da lo mismo) que yo soy periodista y fui durante algún tiempo profesora de futuros periodistas. Como la vida está llena de causalidades (no creo en casualidades) ayer tuve el enorme placer de sentarme a tomar café con dos de mis más apreciados pupilos. Hablamos de planes y proyectos y ¡oh sorpresa!, tenemos sueños parecidos y visiones del futuro que podríamos colgar como un tríptico en la sala de la casa.
Bueno, pero no les voy a escribir de todas las “casualidades” o “coincidencias” que se dieron en este encuentro (y no es por falta de ganas, es porque todavía se me erizan los pelos), sino de algo que me había perdido y ayer tuve la ocasión de descubrir: el trabajo que está realizando el mencionado ex alumno, quien por cierto tiene nombre y apellido: Erwin García.
Erwin comenzó hace más de un año y medio a darle forma a una idea periodística que iba más allá del periodismo. Comenzó a buscar casos dignos de ser destacados por especiales, por inspiradores, por ejemplares, por humanos, por extraordinarios, por hermosos. Pidió a todo aquel que se le atravesara que si conocían de un caso especial le informaran para ir tras él; caminó, averiguó, hurgó, trabajó arduamente con su equipo porque la idea que tenía en mente, sí o sí, iba a ser una realidad.
“Por una buena causa” era su proyecto. En sus propias palabras en la página del programa en Facebook: “…este programa nace obedeciendo a un profundo respeto por el ser humano, a una clara misión de educar y orientar, de motivar el rescate de los valores y principios primordiales de los venezolanos y sobre todo por la necesidad de brindar un aporte al mejoramiento de la sociedad en que vivimos. Semana tras semana aportaremos media hora de esperanza y optimismo, destacando historias alentadoras que inspiren a nuestros usuarios a ser partícipes de una sociedad renovada, que existe en todos y cada uno de los hombres y mujeres que aportan pequeñas acciones para cambiar la vida de un familiar, un amigo, un vecino, o del prójimo más cercano o lejano” .
A pesar de que el programa comenzó a transmitirse en enero de este año yo no había tenido el placer de ver ningún capítulo porque desde hace un tiempo para acá, prender el televisor ya no es la acción refleja que solía ser (en otro post hablaré de mi renovado gusto por el silencio y la soledad).
Pero ver de nuevo a Erwin ( y a Alexis, por supuesto, pero en otra entrada hablaré de él, seguro que sí) y oírlo hablar de su programa me dio curiosidad. Erwin me envió sus capítulos favoritos de “Por una buena causa”. No sólo vi sus favoritos sino que me fui al canal de Por una buena causa en Youtube para disfrutar un poco más.
No voy a caer en descripciones edulcoradas del programa. Sólo voy a decir que ver cada una de esas entregas me hizo sentir un inmenso orgullo de haber tenido a este extraordinario ser humano sentado frente a mí en un aula de clases y lo que más me enorgullece es que ha superado, con creces, a cada uno de sus profesores.
Yo los invito a visitar los vídeos de “Por una buena causa”. Tocan el corazón y dejan la sensación de que todavía podemos confiar en el ser humano y que aún hay mucho por dar y recibir de la humanidad
Hoy, cuando veía sus programas en la computadora, tenía un nudo en la garganta. Le escribí un mensaje diciéndole que no era justo que me hiciera llorar de esa manera. Él me contestó: “es periodismo para el alma. Para nosotros que creemos y soñamos despiertos”.
De ahí le robé la frase para titular esta entrada. No voy a escribir más nada porque voy a volver a soltar agua por los ojos. Sólo les puedo decir que Erwin es uno de esos ladrillos que destacan en mi vida en construcción.
Qué belleza! Mis felicitaciones al colega Erwin García. Saber que Venezuela cuenta con gente como él y como esta extraordinaria mujer, llena el corazón de esperanza. Adelante!
ResponderEliminarMary
"El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta" (Tomás Eloy Martínez)esas palabras definen al programa "POR UNA BUENA CAUSA".
ResponderEliminarPD: Ustedes son de los míos. Escucharlos me anima a seguir adelante. Los quiero!
:O)
ResponderEliminarUna vez le dije a Erwin (mi profe), que él es una de esas personas que motivan, que inspiran y que además, es motivo por si mismo. Si me he sentido orgullosa de conocer a alguien, es de conocerlo a él. Me enseñó a querer hacer las cosas mejor de que queremos hacerlas; a sentirme segura y perder el miedo a enfrentarme (a mi edad) a una profesión tan "especial" como la nuestra. Además, me recordó que lo mejor de hacer algo, es hacerlo diferente. Felicidades por el programa. Gracias Carolina, por hacerlo parte de tu vida en construcción.
ResponderEliminarQué compromiso tan grande, qué palabras tan hermosas y quizás no merecidas porque me falta mucho qué aprender, vivir y dar, qué ganas de seguir adelante, qué nudo en la garganta a punto de estallar, qué juegos del destino en colocar piezas, separarlas y volverlas a unir...
ResponderEliminarCuando comencé a estudiar periodismo y vivía tus clases aprendí a ser un periodista diferente, lejos de los géneros informativos veía a una profesional carismática, brillante, que hablaba con las manos y los ojos, que nos decía siempre: "lo más noticioso es lo positivo", "vayan más allá".
Eso, más el instinto de pensar en ayudar y contar historias de vida, me llevó a pensar en POR UNA BUENA CAUSA. Y hoy me siento muy bien, porque estoy haciendo lo que siempre quise hacer, gracias a Dios. Pero también porque sé que estamos en el mismo camino y que juntos, unido a tantas personas construiremos nuestras vidas, nuestros mundos, nuestros sueños.
Así como me hiciste creer en mí, también lo hago con mis alumnos. Allí están dos especiales reporteras de la vida: Lia (Abril) y Chapita. Quienes están llamadas a ser parte de ese encuentro del destino... tenemos mucho que hacer y que dar... POR UNA BUENA CAUSA.
Como te decía al salir de cada clase: "Profe eres la mejor"
Dios!!! Mary, Albany, Liamir y Erwin cuatro amores de diferentes etapas de mi existencia que el pana mayor decidió juntar en este momento tan especial en mi vida. Los adoro mis amores.
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