Carolina González Arias

viernes, 25 de noviembre de 2011

Violencia contra la mujer:recordando a Sol


Lo primero que me vino a la mente hoy cuando me recordaron que se conmemora el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, fue esa imagen cliché del cavernícola pegando a su mujer con un  garrote y arrastrándola por los cabellos hacia la cueva. No le veo la gracia a esa imagen porque es la expresión de un pensamiento atávico de dominio y agresión contra el que equivocadamente han calificado como sexo débil.
La violencia es general. Es una epidemia ante la cual todos estamos a punto de contagio. Venezuela no escapa a este mal global. Vivimos en un país violento donde la mujer no se salva de esa tormenta. Desde el discurso del presidente quien un día amenazó a su esposa de ese entonces con “darle lo suyo” y en otra oportunidad refiriéndose a una jueza que no siguió sus lineamientos dictatoriales manifestó que en tiempos de Bolívar “la hubieran fusilado”, hasta el conductor que en el tráfico, por no dejar, lanza un “mujer tenías que ser”, son muestras de que la cultura del respeto entre seres humanos y de la equidad entre géneros está siendo arrasada en este país.
Violencia contra la mujer no es únicamente darle una cachetada o matarla a patadas. Violencia contra la mujer es cuando olvidando que fue una de ellas  la que dio la vida se le ofende, veja y  humilla. Si ya es terrible que un ser humano violente a otro, más terrible aún es cuando un Estado, un Gobierno, haciendo uso de un poder ilegítimamente secuestrado, atropella de mil y una maneras a la mujer.
Este es el caso de Solange Vaamonde Bello, una profesional inteligente, honesta y luchadora quien sin juicio, sin condena, sin investigación y sin pruebas, permanece detenida en las instalaciones del SEBIN desde hace casi dos años.  Es un acto de violencia el que el Estado viole impunemente sus derechos, consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, y a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
Violencia es mantener a Sol lejos de su familia; negarle el derecho a darle la bendición a sus hijos al amanecer y darles un beso de buenas noches junto a su ángel de la guarda; violencia es no permitirle gozar los cambios de su hija que entra en la adolescencia;  violento es privarla de dar el consejo oportuno u ofrecer una sonrisa cuando sus hijos la necesiten; violencia es alejarla de la satisfacción de ver como día a día  su hijo se convierte en un hombre de bien y provecho para la sociedad; violencia es no dejarla cuidar de su madre quien a su vez ha visto violado su derecho a una vejez tranquila.
En el diccionario de la RAE se define la palabra violento como algo que está fuera de su natural estado. No es el estado natural de nadie vivir como lo está haciendo Sol, ni como viven miles de mujeres en nuestro país. La lucha de hoy es por los derechos de la mujer, los de Sol, los de nuestras madres, nuestras hijas, nuestras hermanas,  inclusive los derechos de aquellas que investidas de poder y obedeciendo como perras de una manada a un can Cerbero degradan y humillan a sus congéneres sin un atisbo de conciencia. #liberenasol #libertadplena

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